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La fusión entre el mar y la cultura, acompañada de un ambiente vibrante, convierten a Málaga en una de las ciudades más encantadoras de Europa. Su transformación contemporánea ha revitalizado monumentos históricos como la imponente Alcazaba, una fortaleza árabe destacada en Andalucía, y el Castillo de Gibralfaro, que regala las vistas más impresionantes de la urbe. El teatro romano, a sus pies, y el encantador casco antiguo ofrecen un paseo lleno de historia.
Cuna de Picasso, alberga un destacado museo dedicado al pintor y su casa natal también es un sitio de interés. Pero la ciudad no se detiene en su pasado, con la apertura de museos como el Carmen Thyssen y el innovador Centro Pompidou, cuyo cubo de colores se ha convertido en un emblema de la ciudad.
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El Museo Picasso, emblema cultural de Málaga, es como un imán para los amantes del arte y la historia. Situado en el corazón del casco antiguo, en el majestuoso palacio nazarí de Buenavista, este recinto alberga la diversa y revolucionaria obra del genio malagueño. Picasso, nacido en esta tierra en 1881, encontró en este museo un hogar ideal para sus creaciones, donde la arquitectura renacentista y los detalles mudéjares se entrelazan en una sinfonía visual.
Sumergirse en el Museo Carmen Thyssen es emprender un fascinante viaje a través de la riqueza artística del siglo XIX. Ubicado en el imponente Palacio de Villalón, ejemplo de la arquitectura civil renacentista, la colección ofrece una mirada profunda a la evolución de la pintura española del siglo XIX.
El Teatro Cervantes es un testigo centenario de la cultura en la ciudad andaluza. Su historia se remonta a su inauguración en 1870, cuando resonaron por primera vez las notas de la ópera Guillermo Tell en sus elegantes salas. Concebido por el arquitecto Gerónimo Cuervo, este majestuoso edificio deslumbra con su fachada neoclásica y su imponente patio de butacas en forma de herradura.
Ubicado en el corazón de Málaga, el Mercado Central, también conocido como Mercado de Atarazanas, es un bullicioso centro de actividad que combina elementos industriales del siglo XIX con detalles arquitectónicos neoárabes. Su distintivo pórtico central, de estilo nazarí, contrasta con una imponente vidriera que retrata el puerto y la ciudad en el siglo XVI. Este edificio ocupa el mismo lugar que los antiguos astilleros musulmanes del siglo XIV, de ahí su nombre, «atarazanas», que significa «lugar donde se reparan barcos» en árabe.
La Catedral de Málaga, conocida cariñosamente como «La Manquita», debido a la torre sur inacabada, es una obra maestra del Renacimiento. La imponente Capilla Mayor destaca como el epicentro espiritual de la catedral, mientras que otros rincones del templo invitan a la contemplación y el asombro. Ascender hasta las alturas de sus cubiertas revela vistas panorámicas que abrazan la ciudad, desde el majestuoso Castillo de Gibralfaro hasta el pintoresco puerto.
Ubicado en el corazón del casco antiguo malagueño, el Teatro Romano conserva una parte significativa de su graderío, la orchestra y la scaena originales, aunque fue necesario llevar a cabo importantes labores de restauración en ciertas zonas. Junto al teatro se encuentra el Centro de Interpretación del Teatro Romano, una construcción moderna que ofrece una experiencia inmersiva sobre las excavaciones y la vida en la época en que el teatro acogía las destacadas representaciones de dramas romanos.
La Alcazaba es un monumento que cautiva a todo aquel que lo visita. Situada en el corazón del centro histórico de la ciudad, en las laderas del monte Gibralfaro, ésta imponente fortificación árabe, construida en el siglo XI por el rey Badis ben Habús, impresiona con su imponente muralla, que ha resistido los embates del tiempo y de la historia. En su interior, se despliegan patios, jardines y estanques de una belleza cautivadora.
El Paseo Marítimo, también llamado Paseo Marítimo Antonio Banderas, es un punto de encuentro imprescindible para los residentes locales, ofreciendo un ambiente vibrante y dinámico que refleja el espíritu de la ciudad frente al mar. Con una longitud de 2,5 kilómetros, abarca toda la extensión de la Playa de la Misericordia y se convierte en el lugar ideal para sumergirse en la vida costera de la ciudad.
La Playa de la Malagueta es una verdadera joya, situada en el popular barrio del mismo nombre. Su cercanía al puerto le otorga un ambiente vibrante y animado, ideal para disfrutar de un refrescante baño y degustar la deliciosa gastronomía de los chiringuitos locales. Antiguamente, este enclave fue ocupado por pescadores, astilleros y zonas industriales, como fábricas azucareras y bodegas.
Conocido también como el Parque de la Alameda, el Arque de Málaga es una extensión natural de la Alameda Principal de la ciudad. Este espacio verde, que abarca unos 30.000 metros cuadrados, fue ganado al mar a finales del siglo XIX y hoy alberga una impresionante variedad de hasta 350 especies de flora tropical y subtropical.